Lianne La Havas | No Room For Doubt | A Take Away Show

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Ya tengo asumida mi falta de dedicación a escribirte, me pasa constantemente en muchos ámbitos de la vida. Soy vaga por naturaleza. A tal desastre de inconstancia no solo se le debe el mérito a mi vagueza, sino también a la poca intención de querer en estos meses dejar plasmado abiertamente cualquier aspecto que abarque mi vida. Simplemente dejo reflejo de toda esta ausencia como un descubrimiento de nuevos sentimientos, superaciones y felicidad. Nada novedoso, cada vida de cada uno de nosotros pasa por estas etapas continuamente, quizás son estas más intensas cuando se viven alejadas de todo aquello que te ha acompañado durante toda la vida hasta hace 10 meses, en mi caso. Ahora me toca vivir mi primer otoño en China, y solo puedo decir que me encanta el olor del otoño que deja la brisa por algunas calles de Shanghai, por lo demás, se que voy a echar de menos mi otoño español, con mi gente de siempre.

Me gusta mucho esto, eso de estar viviendo haciendo día a día lo que a uno le hace evadirse de todo, lo que a uno le hace feliz. Me siento afortunada de estar en este punto de mi vida, estando en un país tan diferente en tantos aspectos y a tantos kilómetros de mi todo. Haciéndome crecer en tantos sentidos los cuales no fui capaz de percibir anteriormente y llegando a conocer a tantas personas de tantas partes del mundo las cuales incondicionalmente no dejan de aportarme otros tantos conocimientos y sentimientos. Aquí todo es un "tanto". 

Es difícil porque me siento feliz, me descubro e intento no poner limitaciones a todo aquello que quiero conseguir. En esta etapa siento que crezco profesional y personalmente casi sin pausas. Desafortunadamente un "pero" siempre suele acompañar a cualquier argumento en el que no parece que nada falle. Y en mi caso ese pero va seguido de que entre tanto y tanto... es tanto lo que aquí os echo de menos. 

Sí, 

esas locuras, 

aquellas las cuales nunca esperarías que sucederían, 

aquello que sucede sin esperar tener que decidirlo.

Cuando se plantean pueden desestabilizar el presente sin dejarte ver con claridad el futuro, pero vas hacia adelante con el sí, arriesgo.

Sí, 

esas locuras,

como la de decidir quedarme un año más aquí, dejando atrás un futuro planeado, por ir hacia delante con uno al que simplemente me arriesgo a VIVIR. 

No olvido. No lo haré.

Cuando te escribo, decido hacerlo después de un estallido en mi mente, en ese día, durante esa hora y en ese concreto minuto en el que siento que necesito una desconexión del mundo, o en su defecto, una conexión a ese mundo que desde aquí tanto antojo... Mi mundo, mi gente, mi espacio, mi aire...


Soy feliz, pero me faltas mundo.

La noche anterior me hizo recordar lo poco que soporto las noches de insomnio. Sobretodo cuando consideras estar a miles de kilómetros años luz de tu mundo, tumbada en una cama casi tan blanda como el mismo suelo que la sostiene.

Pensaba que iba a tener más tiempo para escribirte. A la falta de tiempo se suman las restricciones de uso de internet que este país supone, pero no a ello la adición de dejar de reflexionar sin un teclado y una pantalla donde plasmar mis reflexiones. En estos meses he descubierto mucho, me voy descubriendo como dije, un poquito más a mi misma y a todos y todo lo que me rodea. Voy ordenando pensamientos en cada viaje. Durante dos meses entre cielo, railes y asfalto recorriendo diferentes ciudades del país, podría decir que me quedo con la carretera y sus largas horas en furgoneta, éstas me han enseñado mucho más. Es un país que, como la vida misma, a veces despliega caos y desorden, pero que a su vez llega a transmitir una gran armonía. Me gusta explorarlo. Me gusta este cambio. Pero anhelo todo lo demás, sin querer desmerecer todo lo que tengo. 

Pronto hará un mes y medio que estoy aquí en China, me quedan casi seis meses más. Algunas personas lo llaman locura. Dejar atrás ciertos objetivos para intentar alcanzar otros a unos 11.400 km de distancia no deja de ser un impulso algo imprudente. Al fin y al cabo es una decisión que llegué a considerar como positiva, y así lo está siendo. Conocer otra cultura, otro país, muchas ciudades, diferentes personas, diferentes maneras, diferencias ajenas a lo antes vivido... Esto me enriquece. Y a pesar de haber dejado atrás mucha gente a la que quiero y voy a seguir pensando día a día, y unos objetivos, los cuales espero terminar cumpliendo, decidí tomar este aliento para continuar viviendo. 

"La vida, para poder ser llamada "vida" , tiene que ser trabajada. Tiene que ser el perfecto equilibrio entre la cordura y la locura. De la decencia con la incoherencia. Del fuego con el viento. 

Porque todos mueren, pero no todos viven".

Deseadme suerte... unas poquitas horas y comienza la aventura.